MICROPIGMENTACIÓN Y MICROBLADING
¿EVOLUCIÓN O INVOLUCIÓN?
A pesar de que con la micropigmentación podemos crear sombreados sutiles y efecto pelo a pelo, muchas personas siguen asociando la palabra a la ceja compactada, tipo tatuaje que se realizaba en los orígenes de la técnica. No es extraño ver personas con restos de estos trabajos que nos comentan que hace 15 ó 20 años que les realizaron el tratamiento. Nada más que por la duración, ya podemos saber que realmente ese trabajo fue realizado a una profundidad excesiva y con pigmentos que molecularmente se asemejaban más a las tintas de tatuaje que a los pigmentos de micropigmentación que se trabajan en la actualidad. Lamentablemente, estos trabajos terminaban virando a colores extraños y no deseados. A raíz de estos problemas, empieza a entenderse que es necesario trabajar a una menor profundidad, en la capa más profunda con capacidad de regeneración total, que es la capa basal, y con pigmentos que puedan ser eliminados por el propio organismo con relativa facilidad. De este modo y poco a poco, se produce un gran cambio tanto en el modo de ejecutar las técnicas, como en los materiales utilizados, lo que está contribuyendo a que cada vez la micropigmentación en cejas esté ofreciendo unos resultados más naturales aunque menos duraderos que en sus orígenes, aproximadamente entre 1 y 2 años.
Paralelamente a esta evolución positiva en la Micropigmentación de cejas, comienza a ocurrir el efecto contrario con el Microblading y es que lo que comenzó siendo una técnica que generaba furor por su naturalidad, ya que se trabajaba superficialmente en la capa basal, con agujas finísimas e introduciendo una cantidad mínima de pigmento, comienza a recibir críticas y ganar detractores porque tiene según los clientes, “poca duración” ya que dependiendo de ciertos factores podemos hablar de una duración entre 8 y 15 meses. Aquí se empieza a producir una división de opiniones y unos profesionales optan por no modificar su forma de trabajar pero deciden emplear su tiempo y conocimientos en hacer entender a las clientas las ventajas de que este tratamiento tenga una duración más limitada. Pero por otro lado, otros profesionales para resolver las quejas de sus clientes optan por trabajar a mayor profundidad, repasando varias veces cada microcorte y volviendo nuevamente a los pigmentos similares a las tintas de tatuaje. Por desgracia, esto deriva en que ya es fácil encontrarnos con personas que afirman que les hicieron microblading hace 4 ó 5 años y el color se ve virado y otras donde se aprecian claramente cicatrices por haber llegado a excesiva profundidad… Así es que me pregunto si ¿está llegando la involución del Microblading?
No es el propósito de este artículo convencer a nadie de que una técnica es mejor que otra, más bien el propósito es concienciar a los profesionales de la importancia de aprender de los errores, mejorar constantemente y entender que el mundo de la belleza, tan manipulado actualmente por la redes sociales, merece un respeto absoluto, ya que las personas nos confían su rostro esperando una mejoría, pero esa mejoría momentánea no puede volverse en contra con el paso del tiempo. Debemos defender la belleza natural, mejorando discretamente lo máximo posible y sin olvidar que el rostro cambia, las facciones caen y por tanto cualquier tratamiento de maquillaje permanente no acompañará los cambios que por naturaleza se producirán inevitablemente, revelando con los años resultados que hasta pueden rozar el ridículo. Así es que recuerda que tanto la MICROPIGMENTACIÓN como el MICROBLADING !!NO SON UN TATUAJE¡¡, son técnicas de MAQUILLAJE SEMI PERMANENTE